Termina casi ya el mes de marzo y la situación sanitaria que nos ocupa está haciendo que haya una incertidumbre en el mercado muy grande.
Por un lado, tenemos a los compradores que creen que los precios pueden ir cediendo poco a poco en el momento que volvamos a la normalidad, debido a que ya estaremos muy avanzados en el tiempo de campaña y las bodegas están aún muy llenas de la presente y la pasada campaña olivarera, por lo que el tiempo de reacción cada vez será más corto en los vendedores.
En cambio, estos últimos creen que los precios pueden repuntar algo debido a la mala situación del sector y que las movilizaciones que se emprendieron anteriormente van a tener sus frutos próximamente.
Entre tanto el olivo no entiende de crisis sanitarias ni de crisis económicas y va desarrollándose en la época que está, ahora con las últimas lluvias aunque cortas, y los días de buenas temperaturas, va progresando lento, pero en las zonas más tempranas ya nos va apuntando como puede resultar la campaña venidera.